viernes, 26 diciembre 2025

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¡Se acaba la moratoria! Así será el seguro para vehículos agrícolas e industriales

El seguro para vehículos agrícolas e industriales será efectivo el 26 de enero. Explicamos qué máquinas deben asegurarse y cómo afecta esta reforma a agricultores y empresas

Las próximas semanas van a ser movidas para muchos agricultores, conductores de maquinaria y responsables de empresas industriales. Los seis meses de moratoria que concedió la reforma de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor (aquella que se aprobó en julio y que muchos dejaron «para más adelante») están a punto de terminar. Y con ese plazo llega un cambio importante: el seguro para vehículos agrícolas e industriales pasa de ser una recomendación difusa a convertirse en una exigencia clara, inmediata y sin espacios para el despiste.

Lo curioso es que este cambio llevaba años rondando. Bastaba ver cualquier camino rural o polígono industrial para entender que había demasiadas máquinas circulando sin póliza, confiando en que «como salimos poco», «solo cruzamos la carretera» o «esto es propiedad privada» nadie iba a pedir cuentas. Eso ha cambiado. Y la verdad es que, cuando lees los detalles, entiendes por qué la reforma se ha tomado tan en serio este tema.

Realmente, las estimaciones que manejaba el sector asegurador en España ya daban pistas sobre la dimensión del problema. La aseguradora Línea Directa publicó en el año 2023 un informe en el que se aseguraba que en España circulaban entonces más de 2.600.000 vehículos sin seguro, lo que representa un 8% del parque móvil registrado en la DGT.

Las estadísticas de la DGT abundaban en ello: cada año se imponen 130.000 multas, cuyo importe oscila entre los 600€ y 3.000€, por circular sin seguro obligatorio.

¿Qué ha cambiado realmente y por qué ahora sí es obligatorio asegurar estas máquinas?

La reforma surge para responder a un mensaje repetido desde Europa: si una máquina tiene motor propio y puede circular, aunque sea a poca velocidad o en trayectos muy cortos, debe tener seguro. No importa si el tractor solo recorre unos metros para cruzar la vía, o si una carretilla elevadora sale un momento al exterior para trasladar palets de un almacén a otro. La ley ya no mira el «uso habitual», sino el riesgo real de causar daños.

El equipo del Área de Derecho Público de Lex Hoy suele explicarlo con una frase que resume todo el espíritu de la reforma: «Si puede moverse fuera de una finca privada, entonces puede causar un daño, y si puede causar un daño, tiene que disponer del seguro para vehículos agrícolas e industriales».

Era cuestión de tiempo que esta interpretación se incorporara a la legislación española, si bien esta nueva normativa es mucho más ambiciosa pues la parte del león incluye la reforma del seguro de auto, pero también otras alternativas como el patinete eléctrico. Para el caso que nos ocupa, un tractor parado en un arcén o una cosechadora haciendo un giro inesperado en un camino público pueden desencadenar accidentes graves. Y cuando eso pasa, alguien tiene que responder.

¿Qué vehículos agrícolas e industriales entran ahora en la obligación de asegurarse?

Aquí es donde muchos se sorprenden. El abanico es amplio y abarca mucho más de lo que parecía a primera vista. Lo esencial es entender que cualquier máquina con motor propio y capacidad de circular autónomamente por una vía pública debe contratar el seguro para vehículos agrícolas e industriales.

Esto incluye a los tractores de todo tipo —da igual si son nuevos, antiguos o solo salen «muy de vez en cuando»—, a las cosechadoras y empacadoras autopropulsadas, a dumper y mini-retroexcavadoras, a plataformas elevadoras que se desplazan por sí mismas y, por supuesto, a las carretillas elevadoras que operan dentro de una nave pero que, de vez en cuando, cruzan una calle.

Las empresas de mantenimiento que usan pequeños vehículos utilitarios también se ven afectadas, igual que los titulares de remolques autopropulsados o maquinaria auxiliar capaz de moverse por sí sola.

En la práctica, basta con pensar en cualquier máquina que, en un momento dado, pueda abandonar el recinto privado: si tiene motor y ruedas, vale la pena asumir que necesita el seguro para vehículos agrícolas e industriales.

Un reloj que corre más rápido de lo que parece

Cuando la reforma tomó carta de naturaleza en el BOE en julio, muchos respiraron aliviados al saber que tendrían seis meses para regularizar la situación y contratar el seguro para vehículos agrícolas e industriales. Fue una especie de prórroga que permitía adaptar documentación, revisar la maquinaria olvidada en el fondo de una nave o comparar pólizas sin prisas.

Pero el tiempo pasa. Y ahora, con la moratoria casi agotada, estamos entrando en una fase en la que las autoridades podrán exigir el cumplimiento desde el primer día. Algunas ITV ya han empezado a advertir que la maquinaria autopropulsada deberá mostrar póliza activa para superar la inspección.

En muchos municipios, los agentes rurales o la policía local se están preparando para incluir los controles sobre el seguro para vehículos agrícolas e industriales en sus rutas.

La escena más repetida estas semanas, según cuentan varias cooperativas, es la del agricultor que lleva años sin usar un tractor antiguo y, de repente, descubre que también debe asegurarlo si lo arranca y lo mueve para cualquier tarea. O pequeñas constructoras que se dan cuenta de que sus plataformas elevadoras también entran en esta categoría, incluso aunque casi nunca salgan del recinto de obra.

El reloj del seguro para vehículos agrícolas e industriales está avanzando, y ya no hay margen para confiar en el «nadie me va a pedir nada».

Qué sanciones pueden imponerse si no se contrata el seguro

La parte menos agradable es también la más directa. No tener contratado el seguro para vehículos agrícolas e industriales puede acarrear multas elevadas, de varios miles de euros, dependiendo del tipo de máquina y del riesgo. Pero el dinero, en realidad, es solo una parte del problema.

Las autoridades pueden inmovilizar la máquina en el acto. Y no importa que estés en plena campaña agrícola, que tengas un encargo urgente o que la carretilla esté moviendo mercancía en ese preciso instante. La ley lo permite.

Además, la responsabilidad civil recae íntegramente sobre el propietario si ocurre un accidente. Eso significa que cualquier daño personal o material (desde un coche abollado hasta una lesión grave) deberá pagarlo el titular de su bolsillo. Y aquí viene un punto que mucha gente desconoce: si el Consorcio de Compensación interviene para indemnizar a las víctimas porque la máquina no tenía el seguro para vehículos agrícolas e industriales, después reclamará al propietario hasta el último euro pagado.

La factura, en estos casos, rara vez es asumible sin consecuencias económicas graves.

Solo hace falta imaginar un caso sencillo. Un tractor sin asegurar se cruza con un ciclista en un camino público, el ciclista cae y sufre una fractura. El Consorcio pagará la indemnización inicial, sí, pero luego la reclamará íntegramente al titular de la máquina. Y hablamos de cantidades que pueden ascender a decenas de miles de euros.

Una obligación que protege más de lo que molesta

A primera vista, la obligatoriedad del seguro para vehículos agrícolas e industriales parece una carga más en un sector que ya vive con demasiados costes encima. Pero, en realidad, cuando uno se detiene a pensar en lo que supone un siniestro sin seguro, entiende por qué el legislador ha querido cerrar esta brecha.

Un accidente aislado puede arruinar una explotación familiar o comprometer la continuidad de una pequeña empresa industrial. Las pólizas específicas para este tipo de máquinas, por el contrario, suelen ser más económicas de lo que muchos imaginan y ofrecen una tranquilidad que, al final, compensa.

El equipo de Derecho Público de Lex Hoy lo explica con claridad: «No se trata solo de cumplir la ley. Se trata de evitar que un mal día se convierta en un problema que arrastre toda la explotación o toda la empresa».

Conclusión: un cambio que llega para quedarse…

La reforma ha puesto un punto final a años de ambigüedad. Ahora, máquinas que antes quedaban en un limbo legal tienen que contar con una póliza activa. Y con la moratoria a punto de expirar, es el momento de revisar cada tractor, cada cosechadora, cada plataforma elevadora o carretilla que pueda circular fuera de un recinto cerrado.

El seguro para vehículos agrícolas e industriales no es una exageración ni un capricho burocrático; es una herramienta pensada para protegerte en el peor momento. Y, al final, eso es lo que importa: que si algo ocurre, tú y tu explotación estéis cubiertos.

    Manuel Blanco
    Manuel Blanco
    Junto letras desde 1993. Hoy más que nunca, el mundo necesita periodismo.

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