viernes, 25 abril 2025

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Data Act, ¿podrá la UE crear un mercado europeo de datos?

La Unión Europea acaba de dar luz verde a una norma, bautizada como Data Act, que aspira a poner orden en ese proceloso universo que es la obtención y explotación de datos, tanto personales como corporativos

Saber algo es bueno. Saberlo todo es mejor. En el 2017, El Círculo, protagonizada por Tom Hanks y Emma Watson, dibujó una inquietante metáfora sobre el acceso y explotación de los datos que realizan las grandes multinacionales tecnológicas. El tiempo ha demostrado una vez más que la realidad tiende a superar a la ficción, al extremo de que instituciones como la Unión Europea se han propuesto poner coto a estas prácticas con normas como el Data Act.

El Reglamento sobre normas armonizadas para un acceso equitativo a los datos y su uso (Reglamento 2023/2854), también conocido como Ley de Datos o Data Act, entró en vigor el pasado 11 de enero del año pasado. No será hasta septiembre próximo cuando entrará en funcionamiento y será de obligado cumplimiento.

En esencia, la ley tiene un objetivo muy claro: acabar, o poner freno al menos, con los desmanes que se producen a diario en ese salvaje ecosistema que es el universo digital.

Este artículo es una guía para entender cuál es la naturaleza de la ley, sus objetivos y las que se prevén serán sus principales consecuencias.

1. ¿Qué es el Data Act y cuáles son sus objetivos?

El nuevo reglamento está integrado en la Estrategia Europea de Datos, un ambicioso programa que aspira a crear un mercado único de los datos dentro del territorio comunitario. El Data Act quiere establecer normas justas y equilibradas para que las empresas, los consumidores y las administraciones puedan acceder y explotar la información generada en los entornos digitales de forma justa y equilibrada.

En definitiva, rompiendo el oligopolio de la información que hoy concentran las redes sociales (Instagram, Tik Tok, X…), las grandes plataformas de contenido (Youtube, Netflix…) o de comercio electrónico (Amazon, AliExpress…).

El desafío, a la vista está, es mayúsculo.

Entre los principales objetivos declarados de la Ley de Datos figuran los siguientes:

  • Muchos datos, pocas manos. El Data Act establece mecanismos para evitar abusos en el acceso y la utilización de los datos, fomentando una distribución justa del valor generado.
  • Más actores, más innovación. La norma se propone facilitar el acceso a los datos a muchos más actores, lo que sobre el papel permitirá a empresas y particulares aprovechar nuevas oportunidades tecnológicas y de negocio. Los datos, al fin y al cabo, son Eldorado de esta era.
  • Más privacidad, menos selva. La UE quiere que los consumidores y las empresas tengan un control real sobre los datos digitales que generan en sus actividades diarias, un caudal que a día de hoy solo está al servicio de los grandes operadores tecnológicos.
  • Romper el eje USA-China. Al introducir un entorno mucho más regulado y abierto en el mercado de los datos, Europa confía en liderar nuevos nichos de negocio en los que la información sea una materia prima crítica. Si lo lograra, rompería el oligopolio que, de facto, se reparten las empresas estadounidenses y chinas.

2. ¿Qué actores se verán interpelados por el Data Act?

El alcance del reglamento que entrará en vigor en unos meses es extraordinariamente amplio. Aquí van algunos ejemplos:

  • Consumidores y empresas usuarias de dispositivos conectados. La UE pretende otorgarles el derecho a acceder y compartir los datos generados por sus productos.
  • Fabricantes de dispositivos IoT (Internet of Things). Se les obliga a diseñar productos que permitan un acceso fácil y seguro a los datos generados. Todo un desafío técnico, pues las arquitecturas con las que trabajan establecen severos controles para impedir la exfiltración de toda esa información.
  • Empresas que dependen del tratamiento de datos. Se establece un marco claro para la transferencia y uso de datos entre diferentes sectores y actores.
  • Administraciones públicas. Se les facilita el acceso a ciertos datos del sector privado en casos de interés público, como emergencias sanitarias o crisis climáticas.

3. ¿Cuáles son las medidas clave de la norma?

La Unión Europea se ha propuesto una tarea titánica. Tanto, que asuntos como los problemas legales de la IA parecen un juego de niños a su lado. El Data Act aspira a alterar de forma radical unas reglas del juego que hasta la fecha han permitido a las empresas norteamericanas y chinas hacerse con la parte más jugosa del pastel.

Para hacer realidad este propósito, el reglamento introducirá medidas concretas cuyas consecuencias se verán a corto plazo. Estas son las principales:

3.1 Acceso y compartición de datos generados por dispositivos ioT.

Hasta la fecha, los fabricantes de dispositivos conectados (móviles, tablets, portátiles, equipamientos industriales…) tenían el control exclusivo de los datos generados. Con el Data Act, tanto consumidores como empresas tendrán derecho a acceder y compartir estos datos con terceros.

Dicho de otro modo, serán legítimos propietarios de esa información, lo que favorecerá su cesión y permitirá el desarrollo de servicios innovadores, fomentando así la competencia.

Pongamos un ejemplo práctico. Un agricultor podrá acceder a los datos recogidos por sus sensores de riego y compartirlos con otras empresas para recibir asesoramiento agrícola más personalizado. Esta libertad impulsará en teoría el nacimiento de empresas dedicadas a esta tarea o la mejora competitiva de aquellas que no son fabricantes de esta clase de equipos.

3.2 Regulación de contratos de acceso a datos

El Data Act introduce cláusulas contractuales tipo para evitar abusos en la negociación de acuerdos de acceso a datos. Esto es especialmente relevante para proteger a pequeñas empresas que podrían verse en desventaja frente a grandes corporaciones, exactamente lo que ocurre en los mercados a día de hoy, con muy pocas empresas controlando zettabytes de información de cientos de millones de usuarios de todo el planeta.

Otro ejemplo. Una startup de análisis de datos podrá negociar con una multinacional en condiciones más equitativas, sin riesgo de que le impongan términos contractuales abusivos.

3.3 Interoperabilidad y movilidad de datos en la nube

En la actualidad, numerosas compañías se ven atrapadas en determinados proveedores tecnológicos a causa de las limitaciones técnicas y económicas. El reglamento quiere evitar estas situaciones imponiendo reglas para facilitar las migraciones entre plataformas y mejorar la interoperabilidad.

¿Un caso práctico? Cualquier empresa podrá trasladar sus datos y archivos a otro proveedor de servicios cloud sin tener que afrontar una sangría económica o un desafío técnico que pueda alterar la continuidad de negocio de la firma.

3.4 Acceso a datos para fines de interés público

En virtud del reglamento comunitario, las administraciones públicas podrán reclamar datos del sector privado cuando sea indispensable para abordar crisis de naturaleza pública, léase un desastre natural o pandemias.

Quizás el ejemplo más evidente en este caso sería disponer de los datos de movilidad de miles de usuarios en caso de una emergencia sanitaria para diseñar planes de evacuación o distribución de recursos médicos.

En conclusión

El Data Act pretende transformar de forma radical el ecosistema digital europeo, empoderando al tejido tecnológico comunitario y rompiendo el oligopolio del eje América-Asia.

Europa ha puesto negro sobre blanco los objetivos de la norma, sino también aquello sectores que podrían salir directamente beneficiados de estas nuevas dinámicas. Y ha citado casos de uso muy concretos con la esperanza de concienciar a los emprendedores del Viejo Continente:

  • Industria y manufactura. Mejora en la optimización de procesos productivos gracias al acceso a datos operacionales en tiempo real.
  • Agricultura. Desarrollo de técnicas de agricultura de precisión basadas en análisis de datos.
  • Salud. Mayor disponibilidad de datos para el desarrollo de tratamientos personalizados y respuestas sanitarias más eficientes.
  • Servicios digitales. Crecimiento de nuevas plataformas y soluciones tecnológicas basadas en el análisis de datos.

El enunciado es tan claro como ambicioso. ¿Será Europa capaz de hacerlo realidad?

Sergio Ribas
Sergio Ribas
Estoy especializado en información económica y en productos financieros. En LexHoy me encargo de cubrir los cambios normativos y las novedades jurídicas que afectan al sector financiero y a los consumidores.

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